LA CONVOCATORIA:
Dejé el teléfono y de teclear por un par de días. Me sentía cansado y a veces frustrado porque nadie estaba con los ánimos para poder enfrentar un nuevo proyecto musical, lo que nuevamente me hizo sentir solo y pensar que si retirarme de LOC fue mi mejor opción.
Un jueves, aún lo recuerdo, paseaba por la Universidad después de una de mis últimas clases cuando me topé con una vieja amiga, Malú, quien ya me había presentado a un tipo un poco bajito y de miraba divertida, de quien ya muchos me habían hablado y con el que poco había interactuado. Creí que talvez el me podía ayudar con el pequeño problema que tenía.
Después de conversar un largo rato (y reírnos de muchas cosas) le pregunté como le iba en su banda (eso fue lo primero que me contó cuando lo conocí meses atrás), a lo que me respondió: "nada maricón, me salí y tengo demasiadas ganas de tocar"... y así fue como el primer miembro había llegado a nuestra filas: Jimmy Johnson, el baterista.
Pasaron los días y todavía saboreaba las palabras de Jimmy y mi gran suerte; fue cuando me di cuenta que no sería el último en darme ese gusto.
Un viejo amigo empieza a hablarme en una conversación de Internet, en manera de respuesta de un e-mail que había enviado, diciéndome que tenia ganas de tocar, pero que deseaba "un trabajo serio y sin problemas"; a lo que accedí rápidamente y, sin dudarlo, Xelo, el ex-guitarrista de Umbral (antigua banda metal de la escena local), ya estaba con nosotros.
A los pocos minutos, otro viejo amigo, Daniel Tello (ex-bajista de LOUD), me confirma con un e-mail su participación y las ganas de querer saber más de lo que tenía en mente. Empecé a sentir que todo andaba por buen camino, que ahora nada ni nadie me podía parar; solo faltaba que el último miembro me respondiera lo más pronto posible: Alvaro Santiváñez, ex-tecladista de Bohemia y... mi primo.
Después de muchas semanas de búsqueda logré ubicar a la última pieza del rompecabezas y, sin perder ni un minuto más, le presenté el proyecto con puntos y comas, con lo que las primeras cuatro veces me decía "déjame pensarlo", por que ni el estilo que íbamos a hacer estaba totalmente definido y eso dejaba en duda a cualquiera (ahora entendía porque muchos no respondían los mensajes); pero cuando uno persevera logra las cosas, y su decisión fue positiva. Por fin todos estábamos juntos, por fin tenía a los miembros para la banda perfecta... pero las buenas cosas no duran mucho... o es que en realidad la verdadera gente para esto estaba en otro lado y yo... no me había percatado.